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04-01-2015


Para su primera experiencia en el voleibol argentino después de mucho tiempo, Fernando Garnica eligió Gigantes del Sur. El armador, en este receso de la Liga Argentina de Voleibol Banco de la Nación Argentina, repasó sus inicios en el deporte, su larga y enriquecedora experiencia en Europa y, ya sobre su actualidad en el Dino, afirmó que confía en que el equipo recuperará su mejor nivel.

- ¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el vóley?
- Empecé a jugar en un equipo a los ocho o nueve años, porque mis papás jugaban en Ferro, y me llevaban a la mini escuelita de vóley ahí. Igual, desde antes seguía los partidos y algo de actividad ya tenía. Mamé el vóley desde chiquito, ya que mamá y papá jugaban en la Selección. 

¿Cómo fue la transición al vóley profesional?
- En Ferro estuve hasta Pre Infantiles (12, 13 años). Un día me encontré con Rodrigo Martínez Granados en el Club Italiano y de pronto empecé a jugar ahí a partir de Infantiles. Hice cuatro años y pasé a River en el año 1998, para tratar de formar parte del equipo superior algún día. El debut en Primera lo había hecho con Italiano; en 1999 lo hice en la Primera de River, que ganó el Metropolitano. A mí me tocó ser el tercer armador y no pude jugar esa Liga. En el 2000-2001 ya pasé a formar parte estable del plantel antes de irme afuera.

- ¿Cuándo surge la propuesta para ir a jugar a Europa?
- Gracias a un amigo de la familia que estaba en Europa. Estaba haciendo la pretemporada con Social Monteros en el 2001, para jugar de titular la Liga, y me llaman justo un día antes de que cierre el libro de pases, diciéndome que había surgido una posibilidad de jugar en Italia. Ya tenían todo listo. Un jueves les avisé a los del club de acá y el viernes estaba viajando a Italia. Hice tres cuartos de temporada en Brolo, en Sicilia, al sur del país, en B1. El equipo estaba peleando por no descender y terminamos quintos. Arreglé un año más y llegamos a estar entre los cuatro primeros el torneo siguiente. Me tocó volver a Brolo con otro equipo cuatro años después y fue muy emotivo el trato de la gente.

En Italia hice once años de corrido en distintos equipos. Luego de Brolo, de repente me encontraba jugando en la A1. Tuve compañeros como Rafael Pascual o el holandés Schuil (campeón olímpico del 96 ante la Italia de Velasco), entre otros. Fue un año muy bueno, en el que te tocaba enfrentar a gigantes del vóley mundial que nunca me imaginé que los iba a tener enfrente.

- Y luego, Suiza…
- Sí, estuve dos años en el Lugano. El primer año ganamos Copa, Supercopa del campeonato y llegamos a octavos de final de la Copa Challenge, que nos encontramos con el Galatasaray turco, donde un jugador de ellos ganaba más que un sueldo de todo el equipo nuestro. Así y todo perdimos en el Golden Set. El año pasado jugamos la Champions League; éramos los campeones suizos y teníamos que representar al país. Decían que íbamos a terminar con 0 puntos, pero logramos ganar dos partidos al campeón turco, lo que para nosotros fue una hazaña. 

- ¿Cómo y cuándo nace la propuesta de jugar en Gigantes del Sur?
- Estaba de vacaciones en Argentina con dos propuestas: una para jugar en Finlandia y otra para regresar a Italia. Me estaba entrenando en River para empezar a moverme y se empezó a comentar que Camilo (Soto) estaba buscando armador para Gigantes. Me llamó, nos juntamos y me comentó cuál era su proyecto para esta temporada, luego hablamos con los dirigentes y se llegó a un acuerdo.

- ¿Cuál es tu balance  de esta primera parte en la Liga?
- Creo que estamos cinco o seis puntos más abajo de donde deberíamos estar. Hemos tenido algunos traspiés en algunos partidos, pero creo que nuestro vóley es el que hemos demostrado contra UPCN, contra Boca. Esos tienen que ser los partidos nuestros, de un rendimiento base. Que ese rendimiento sea la base, y no el techo.

Hay que tratar de lograr esa constancia porque tenemos un gran plantel, con excelentes jugadores. Va a ser muy importante el descanso para la reflexión y volver para recuperar seguridades. Hoy por hoy estamos sufriendo mucho los errores y debemos tomarlo con calma, porque el error también forma parte del juego. Poco a poco vamos a ir encontrando esa seguridad, porque tenemos un excelente grupo humano y profesional para salir adelante y encaminar nuestro objetivo. Es la tranquilidad la que nos va a permitir encontrar nuevamente el camino. Debemos volver a recordar que sabemos hacer las cosas.