• noti001

18-01-2024


Vino a Buenos Aires a los 17 años, dejó su ciudad, sus amigos y su familia para cumplir el sueño de ser jugador de vóley y lo logró. El capitán de San Lorenzo está en el equipo de Boedo desde fines de 2016. ¿Cómo combina el trabajo y el deporte? La relación con los más chicos, los objetivos que todavía tiene y todo lo que logró en veinte años de actividad.

“Empecé con al vóley en la escuela, pero cuando vi jugar a San Lorenzo en Necochea, vi todo ese ambiente, ese clima y dije quiero dedicarme a esto. Empecé en 2017 para jugar la A2, no nos fue tan bien, pero me dijeron que me quedara para jugar el Metropolitano. Desde ese momento estoy en el club”.

¿Cómo fue el camino para llegar a la Liga?
Fue un proceso difícil, arduo, con muchísimas complicaciones, jugamos varias A2 en las que no se nos daban las cosas. Hubo 3 años seguidos en los que perdimos 3-2 en cuartos de final contra los dos equipos que después jugaban la final. Perdíamos 17-15, 16-14. Fueron golpes duros, pero sirvieron para mejorar. En 2021 estábamos más maduros, vino (Mariano) Silberstein y nos dio otra mentalidad, otro orden y eso hizo que ese año en Villa María podamos lograr el tan ansiado ascenso.

Además de jugar la LVA RUS 2023/2024, Quiroga trabaja como analista de sistemas, en seguridad informática y está por terminar la Licenciatura en Sistemas.

¿Cómo combinás el deporte y el trabajo?
Es difícil porque quizás en momentos donde yo estoy trabajando hay otros compañeros o jugadores de otros equipos que están descansando. Igual hace bastante que lo hago, así que estoy acostumbrado. Eso hace que tenga que ser más ordenado con el tiempo, con las comidas, el descanso. He tenido que rendir materias durante los Tours, pero seguramente en varios clubes pasa lo mismo. Está bueno porque hace despejar la cabeza cuando no nos va bien y otras veces me cuesta concentrarme en el trabajo cuando nos va mal.

Con respecto a esto, el necochense cuenta que hay varios compañeros suyos en la misma situación y aclara: “Es un lindo desafío y un buen mensaje para dar para los más chicos de que la vida no es solamente jugar al vóley. Por supuesto que hay que dejar todo y esforzarse, pero tenemos mucho tiempo para tener otros intereses, para desarrollarnos en otros ámbitos”.

¿Qué le transmitís a los más chicos?
Les transmito el trabajo en equipo, el compromiso, el saber que en un grupo lo más importante es el grupo, no hay nadie mas importante que otro. Aprender a disfrutar que están jugando un torneo que para la mayoría de las personas que juega al vóley es inalcanzable o es muy difícil llegar hasta ahí. Entonces disfrutar cada viaje, cada sesión de pesas, cada cosa que compartimos con el compañero disfrutarlo porque se pasa rápido.

¿Te parece difícil relacionarte con las nuevas generaciones?
No me parece difícil, al compartir equipo tenemos muchas cosas en común, somos todos parte de lo mismo. Cuando me toco ser más chico en otros equipos, los más chicos a veces la pasaban mal. Intento no ser así, no enviar ese mensaje, algunos quizás tenemos más responsabilidades, pero trato de relacionarme desde el compañerismo. De algunas cosas me quedo afuera, pero está bien porque tiene que ser así, hay algunos códigos que tendrán ellos que está bien que yo nos los tenga ni los comprenda. Siempre desde el respeto y desde el compañerismo entablar una relación que si termina siendo una amistad genial, pero siempre que se priorice el compañerismo.

¿Qué te motiva día a día para seguir en el deporte?
Lo que más me motiva es que me encanta, me gusta competir. Jugar al vóley es parte de lo que soy, hace 20 años que juego, es un estilo de vida. Esa sensación de antes de los partidos, de arrancar un nuevo torneo, de preparar un partido y ver cómo ganarle al rival. Todas esas cosas me gustan y me hacen seguir a pesar de que algún día llego cansado o tuve un mal día. Ahí trato de olvidarme de todo, entreno, me mejoro y es lo que me apasiona y lo que todavía me hace seguir jugando.

El punta receptor cuenta que nunca pensó en dejar, más allá de algunos momentos difíciles:  ”Cuando uno tiene una derrota o le va mal en algún torneo dice bueno largo todo y no juego más, pero eso dura dos o tres días y al cuarto día quiero volver a entrenar. Hubo mucho tiempo que no jugué Liga, pero seguía en el Metropolitano. No me veo en un futuro sin estar ligado al deporte.

¿Te queda algún sueño por cumplir en el deporte?
No sé si me queda alguno. Cuando somos chicos tenemos el deseo de jugar en la Selección, jugar un Juego Olímpico, cosas así que son para muy pocas personas. Esto que digo ahora me costó mucho trabajo pensarlo y analizarlo de esta forma, pero igualmente con lo que logré estoy más que feliz. Estoy jugando la Liga Nacional, soy capitán y eso para mí es un orgullo impresionante. Haberme mantenido jugando tanto tiempo, esas cosas son sueños cumplidos. En esta Liga me entusiasma mucho entrar a Play Off y ver para qué estamos, pelearle al que nos toque, pero bueno vamos paso a paso, es un objetivo muy importante que no es fácil.

¿Y algún sueño fuera del deporte?
La palabra sueño me suena muy grande, podría decir que tengo objetivos. El próximo año recibirme de Licenciado en Sistemas sería muy gratificante para mí, devolverle un poco a mis viejos todo el esfuerzo que hicieron para que yo viniera a Buenos Aires. Sería un premio al esfuerzo para mí y devolverle también a ellos.

Además, “Manu” habla de un sueño utópico: “Contribuir para que el mundo sea un poco más justo e igualitario para todos”.