• noti001

04-08-2014


El valor de familia es uno de los que más está presente dentro de cada proyecto deportivo en Lomas de Zamora. Y, como tal, Lomas Vóley no es la excepción. En su primera temporada en la Liga Argentina, muchas familias se hicieron presentes.

En esta segunda incursión del equipo en la competencia la apuesta se redobla, con una familia adentro del campo de juego. La que integran los hermanos Juan Martín, Mariano y Nicolás Riganti.

La historia de este clan del vóley se potencia en Lomas, ya que es la primera vez que los tres hermanos están juntos en la misma institución. Antes, como mucho eran dos, como arranca a contar Nicolás, el más chico: “Con Mariano juego desde que empecé en el vóley, siempre compartí cancha con él. Ya me es algo natural. Con Juan es algo nuevo que también me hace sentir muy a gusto, trato de escuchar todos sus consejos y tomo su experiencia para mejorar”.

El que sigue es Mariano, quien junto con Nicolás llegó desde Boca para sumarse al plantel lomense en el Metro. “No cualquiera tiene la suerte de jugar con sus hermanos a un deporte que te gusta tanto. Es muy divertido estar los tres juntos, aprendemos mucho el uno del otro. Creo que el que más suerte tiene soy yo porque Juan es, para mí, uno de los mejores armadores de la Liga y puedo aprender muchísimo sobre el rol”, explica.

“De chiquitos, los tres jugábamos al fútbol en un club del barrio. En el 2000 pasé a jugar al vóley y fui muy criticado por los dos en casa... Pero en unos meses estábamos los tres haciendo vóley”, recuerda Juan, el mayor. De vuelta en esta realidad de vóley, asegura: “Jugar juntos es algo que sin ninguna duda teníamos que hacer. Tanto en la cancha como afuera somos muy amigos, los dos me hacen reír mucho, en casa compartimos muchas cosas y jugar al vóley es lo que más nos gusta”.

La coincidencia no sólo es motivante para ellos tres, sino para toda la familia Riganti. “Si hay algo que nos caracteriza a nosotros, es la unión que tenemos. Vernos jugar juntos, a mi mamá, a mi hermana, a mi tío y a toda la familia los llena de orgullo y felicidad”, relata Mariano. También se hace presente el recuerdo de papá Carlos Riganti, el Doctor, otro hombre de pura cepa de vóley que falleció en 2012 y que era incondicional en cada partido de sus hijos. “Era un fanático nuestro. No le importaba dónde jugáramos, él siempre se dividía en tres y nos iba a ver sin importar la distancia. Estoy seguro de que hubiese estado feliz de vernos jugar juntos; esté donde esté, espero que esté contento”, agrega también Mariano.

Ahora, se viene una aventura inédita en la Liga Argentina 14/15, la que cada uno de ellos palpita desde su lugar. Mariano, también armador, sabe que la competencia es dura, con su hermano Juan y también con Sebastián Firpo, y por eso aspira a “aprovechar al máximo todo lo que pueda y tratar de copiar algunas cosas para seguir mejorando”. Nicolás, que juega de líbero y tuvo una experiencia previa en Boca con “muchas enseñanzas”, a su vez se ilusiona: “Voy a compartir equipo con muchos jugadores de gran nivel y experiencia. El haber competencia en todos los puestos le va a dar mucha intensidad a los entrenamientos”.

Juan, quien a priori es el más afianzado, analiza desde otro lugar: “La Liga que viene va a ser muy atractiva, como siempre lo es la Liga Argentina. Vamos a buscar ser protagonistas nuevamente, con la ventaja de mantener la base del año pasado, y el primer objetivo seguramente será armar un grupo fuerte y poder complementar las virtudes que tenemos”.

Los tres, además, destacan las virtudes del proyecto en general. “Lomas como institución es algo alucinante. Es como estar en Disney”, bromea Mariano, y luego subraya el compromiso de todas las partes que componen la maquinaria. Nicolás coincide: “Está entre las mejores instituciones de la Liga y ahora también está apostando a nivel metropolitano. Hay mucho trabajo con las inferiores, que son el futuro”. Y Juan, con la responsabilidad que conlleva ser el mayor, le da la forma final al concepto: “Es mucho más que sólo un equipo de Liga. Se incentiva la práctica del deporte con clínicas en las escuelas, se apoya a los clubes de la zona. Que los chicos tengan una estructura como ésta para formarse, como jugadores y como personas, es un privilegio. Aprendés a valorar y a querer más a tu lugar”.